
14 Ene Filomena y la salud mental de las familias
Esta semana hemos vivido un “deja vu”, la sensación de que esto ya lo habíamos vivido. Filomena y la salud mental de las familias.
El viernes y el sábado nevaba intensamente sobre Madrid. El domingo corría la noticia por los grupos de WhatsApp: el cierre de colegios. De nuevo, compaginar el teletrabajo (en la mejor de las opciones), las clases virtuales, tareas escolares, preparar comida, … muchas veces en espacios pequeños o con escasos de medios (¿Quién tiene un ordenador para cada miembro de la familia?).
Se añaden además otras situaciones particulares que vienen arrastrándose desde marzo: estrés económico, posibles secuelas de COVID19, procesos de duelo por la pérdida de seres queridos,… Y también comportamientos que aparecieron durante el confinamiento, se instalaron y que aún no hemos podido encauzar (p.e. mayor dependencia de los niños hacia los padres).
“Para criar un niño hace falta la tribu entera”.
Dice un proverbio africano que “para criar un niño hace falta la tribu entera”. Sin embargo, el coronavirus y ahora la gran nevada, nos han arrebatado la posibilidad de crianza “en tribu”. Sin abuelos y sin colegio, pero también sin una normativa que permita a las familias conciliar.
Filomena vuelve a poner en jaque nuestro sistema de conciliación y con ello la salud mental de las familias: madres, padres e hijos.
Cansancio, estrés, ansiedad, falta de energía, irritabilidad, la exigencia de adaptarnos… Las emociones que sentimos durante el confinamiento se actualizan, y se sienten de nuevo como si fuera la primera vez. Sin embargo, no es así, las familias también aprendimos a organizarnos y reorganizarnos durante el largo confinamiento, y es un aprendizaje que nos servirá para sobrevivir a esta semana.
¿Qué podemos hacer para afrontar esta semana?
Además de reivindicar a las instituciones mayores políticas de conciliación ¿qué podemos hacer nosotros para afrontar esta semana?
- Recordar qué nos funcionó y que no. La experiencia es un grado. Durante el confinamiento las familias pusimos en marcha distintas formas de organización, algunas nos funcionaron y otras no. Poder recordar qué estrategias nos funcionaron nos ayudará a plantear formas efectivas de organización ante esta nueva situación.
- Tener presente que no es la misma situación. Pese a las similitudes que nos encontramos, reconocer las diferencias entre la situación de confinamiento que vivimos en 2020 y la actual nos hará poder vivirla de forma distinta.
- Saber que es una situación temporal, limitada en el tiempo y que después volveremos a nuestra “nueva normalidad”.
- Reducir la exigencia, tanto hacia nosotros mismos como hacia los demás. Poder permitirnos no hacer las cosas del mismo modo que en otra semana del año: permitirnos comer comida ya preparada, no tener la casa ordenada, que nuestros hijos no lean por la noche o se acuesten más tarde.
- Disfrutar de actividades diferentes que no solemos poder hacer: ¡jugar con la nieve!, pero también poder cocinar galletas, hacer teatro en casa, pintarnos las caras, …
Sin embargo, aunque estas recomendaciones son útiles, esta nueva situación puede agudizar otr0s problemas emocionales ya existentes, agravar cuadros de ansiedad o estados depresivos. En estos casos, la recomendación es además acudir a un profesional de la psicología cualificado. Podemos ayudarte.