Dependencia Emocional - Sara del Pie Psicología
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Dependencia Emocional

En los últimos años, el concepto de dependencia emocional ha ido cogiendo fuerza entre los motivos por los que las personas acuden a la consulta de un psicólogo.

Las relaciones de pareja se han modificado a lo largo de los últimos años: la flexibilización de las estructuras familiares, la desvinculación con la maternidad o los roles de género. Sin embargo, a día de hoy continúan siendo uno de las esferas más importantes y significativas de la vida de muchas personas. Y son una importante fuente de refuerzo y bienestar físico y psicológico y pueden proporcionar apoyo, cuidado, cariño y comprensión.

Todas las relaciones, de pareja o no, que establecemos a lo largo de nuestra vida tienen un cierto grado de dependencia. Si pensamos las relaciones entre padres e hijos es fácil señalar la dependencia de los hijos para ser alimentados, cuidados y protegidos. Cuando pensamos en las relaciones de amistad, la dependencia suele ser recíproca o interdependencia, en ella ambas partes dependen del otro. Estas dependencias son normales y naturales, y suelen variar a lo largo de la historia de la relación.

Dependencia emocional

Pero existen relaciones en las que la necesidad del otro es excesivamente intensa y generan un gran sufrimiento, especialmente en el contexto de pareja. Hablamos entonces de la dependencia emocional. Pero…

¿Qué es la dependencia emocional? 

La dependencia emocional es la necesidad excesiva de mantener una relación de tipo romántico con una persona, y convertir esta relación en el leitmotiv de su día a día.

Características de la dependencia emocional

Jorge Castelló, psicólogo y psicoterapeuta especializado en dependencia emocional, en su libro:  “La superación la dependencia emocional” (2012, Ed. Corona Borealis) describe las características de las relaciones establecidas de forma dependiente:

  • “Prioridad de la pareja sobre cualquier otra cosa”, por encima de su trabajo, de su ocio, de su familia, de sus amigos e incluso de si mismos.
  • “Voracidad afectiva: deseo de acceso constante”. La persona necesita estar en contacto, lo más próximo posible, a su pareja. Cuando no puedan estar físicamente juntos necesitará estar en contacto a través de llamadas telefónicas, WhatsApp, email, etc.
  • “Tendencia a la exclusividad en las relaciones”. Esta tendencia a la exclusividad no es únicamente en referencia a las relaciones amorosas sino que quiere esta exclusividad también ante la relación con los amigos, la familia, etc.
  • “Idealización del compañero”. La pareja es vivida como una persona ideal, sobrevalorando sus virtudes y minimizando los defectos.
  • “Sumisión hacia la pareja”. El miedo al abandono y el deseo de preservar la relación por encima de cualquier cosa genera que la persona dependiente emocional esté dispuesta a aceptar distintas situaciones de sumisión, estableciéndose relaciones asimétricas y poco equilibradas.
  • “Pánico ante el abandono o el rechazo de la pareja” que impide establecer límites de autocuidado y hace ver la ruptura como inalcanzable o imposible.
  • El “síndrome de abstinencia” después de la ruptura: tristeza, ansiedad, somatizaciones (p.e. vómitos), pensamientos recurrentes acerca de la relación, a lo que podía haber hecho y no hizo o al lo que no hizo y pudo haber hecho, y dedicará mucho tiempo a pensar y llevar a cabo distintos planes con el objetivo de poder retomar la relación de pareja.
  • “Amplio historial de relaciones de pareja, normalmente ininterrumpidas”. Puede narrar desde la primera relación de pareja, una concatenación de relaciones amorosas donde las características nombradas se presentan casi como un patrón.
  • “Baja autoestima”, se consideran a si mismas con escaso valor o no dignas de ser queridas.
  • “Necesidad de agradar” a los demás, búsqueda de la validación externa, de ser aprobados y aceptados por los demás.
  • “Miedo a la soledad” y a estar sin pareja.

“El amor -según lo entiende el mundo- no es amor, es un egoísmo escoltado: es aunarse uno en otro”. Stendhal

Cuando hablamos de relaciones dependientes emocionalmente encontramos distintos grados de dependencia y formas en las que ésta se lleva acabo. Por eso, las características que acabamos de señalar son las más habituales, pero cada relación tiene sus peculiaridades.

¿Cómo podemos dejar de establecer relaciones de dependencia emocional?

Muchas personas que muestran una tendencia a establecer este tipo de relaciones de pareja de dependencia emocional desconocen la posibilidad de establecer relaciones amorosas más equitativas. Para estas personas iniciar un proceso de tratamiento psicológico para la dependencia emocional es fundamental para mejorar la conciencia del problema, mejorar la autoestima, la asertividad en las relaciones de pareja y la tolerancia a la soledad.

Después del tratamiento psicológico la persona podrá ser más consciente de cómo establece relaciones de pareja y dispondrá de habilidades y estrategias necesarias para hacerle frente y así establecer relaciones de pareja más sanas y satisfactorias.

Dependencia emocional

¿Cómo podemos establecer relaciones de pareja saludables?

Quiero proponeros algunas claves para poder establecer relaciones de pareja saludables:

  • La relación está basada en el respeto y el cariño mutuos.
  • Nos responsabilizamos de nuestro propio bienestar, trabajamos en mejorar nuestra autoestima y en ser autónomos también emocionalmente.
  • Ambos valoramos la relación como importante para nosotros.
  • Tenemos una buena comunicación de pareja: nos expresamos interés mutuo, podemos hablar de cómo nos sentimos y de aquellas cosas que no nos gustan. Escuchamos al otro cómo se siente y lo que no le gusta.
  • Tomamos nuestras propias decisiones, aunque nuestra pareja esté en desacuerdo.
  • Pensamos sobre nuestra relación, podemos cuestionar los mandatos sociales acerca del amor (p.e. mito de la media naranja) y de cómo deben ser las relaciones de pareja. Podemos tomar nuestras propias decisiones acerca de ésta.
  • Disfrutamos de espacios comunes, compartimos aficiones o nos dedicamos un tiempo como pareja (p.e. salimos a pasear juntos, al cine, etc.)
  • Disfrutamos de espacios diferenciados, continuamos realizando actividades independientes de nuestra pareja: quedamos con nuestros amigos, acudimos a clase de baile, practicamos deporte, etc. sin que la pareja tenga por qué acompañarnos.
  • No estamos aislados, mantenemos otras relaciones afectivas satisfactorias con amigos y familiares.

 



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