
28 Oct 1 de noviembre. Día de Todos los Santos.
El 1 de noviembre celebramos el Día de Todos los Santos. Es tradición, especialmente entre las generaciones más mayores, acudir cada año a los cementerios a limpiar las sepulturas y llevar flores a las tumbas de nuestras personas queridas. Otras personas prefieren conmemorar este día de forma más íntima y encienden una vela en recuerdo a los seres queridos que ya no están.
La tradición de “el luto.”
En todas las culturas existen ritos y costumbres en relación a la muerte. En la cultura católica es tradicional el velatorio, los arreglos florales, el entierro, la misa del difunto o el luto.
El luto, por ejemplo, ayuda a expresar de forma pública el dolor por la pérdida y expresar respeto hacia la persona fallecida. Además, identifica a las personas que se encuentran en duelo, para que los demás pudieran tener en consideración su estado de ánimo y su comportamiento.
En “Cinco horas con Mario”, la novela de Miguel Delibes, Menchu en soliloquio le dice a su difunto marido: “que yo recuerdo el tío Eduardo, cuando lo de mamá, en el fútbol, como una piedra, igual, ni en los goles, fíjate, que llamaba la atención, y si alguno le decía, “¿pero tú no aplaudes, Eduardo?”. Él, enseñaba la corbata negra y sus amigos lo comprendían muy bien, ¿qué te crees?. “Eduardo no puede aplaudir porque está de luto”, decían, y todos conformes. A ver, para eso es el luto, botarate, para eso y para que lo vean los demás, que los demás sepan, con sólo mirarte, que has tenido una desgracia muy grande en la familia”.
Existen diferencias culturales en los ritos funerarios y el duelo.
A pesar de que la muerte y la pérdida de un ser querido es un suceso del que todos vamos a tener experiencia a lo largo de nuestra vida, es doloroso y difícil de aceptar. Quizá por ello en todas las culturas existen distintos ritos funerarios, distintas formas de despedidas, dirigidas a acompañar a la persona en su “último viaje” y a acompañar al doliente en la aceptación.
Los ritos y costumbres alrededor de la muerte son muy diferentes en las distintas culturas, incluso dentro de un mismo territorio nacional. Sin embargo, estas costumbres, pese a sus diferencias y a que han ido modificándose y adaptándose en cada lugar a lo largo del tiempo, continúan teniendo un gran valor social y psicológico. Estos ritos permiten que manifestemos el afecto y el amor y aceptemos, en sus diferentes planos, la pérdida de nuestro ser querido.
Qué funciones cumplen los ritos funerarios.
Los ritos funerarios, pese a sus diferencias, suelen cumplir funciones similares en todas las culturas:
- Ayudan a despedirnos de nuestro ser querido, a que iniciemos el proceso de ponernos en paz con la persona fallecida y con nosotros mismos.
- Validan la expresión de nuestros sentimientos: llorar, estar tristes o gritar por la pérdida.
- Facilitan que el dolor se viva de forma colectiva y nos otorga consuelo.
- Permiten hablar con otros sobre el fallecido, matizando el dolor y posibilitando la elaboración del proceso de duelo
- Suponen una pausa en la rutina para permitirnos dolernos, aceptar la existencia de la pérdida e iniciar un proyecto de vida personal sin la persona fallecida.
El 1 de noviembre. El Día de Todos los Santos.
El 1 de noviembre, día de Todos los Santos, nos brinda la oportunidad de continuar la elaboración de la pérdida y del proceso de duelo y hacerlo de forma colectiva, con amigos y familiares.
Es un día donde, si bien puede ser doloroso, las costumbres nos permiten recordar a la persona fallecida, nos permite estar tristes, echar de menos, llorar y continuar realizando las “tareas del duelo” (propuestas por Alba Payás):
- Aceptar la realidad de la pérdida.
- Trabajar las emociones y el dolor de la pérdida.
- Adaptarse a un entorno en el que el fallecido ya no está.
- Recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo.
El proceso de duelo finaliza cuando, pese a que pensar en la pérdida de nuestro ser querido sigue siendo doloroso, ese dolor no nos impide continuar con un proyecto personal de futuro donde hay cabida a la alegría y a la felicidad.
Si has perdido a un ser querido y, pese a que han pasado ya unos meses, no estás pudiendo retomar tu vida cotidiana: ir al trabajo, quedar con amigos, etc. Si necesitas ayuda para poder superar la pérdida. Contacta conmigo.